El Alangium chinense es un árbol perennifolio de porte medio (oscila entre los diez y los veinte metros de altura) que pertenece a la familia Cornaceae (o Alangiaceae según otro sistema de clasificación) y se encuentra dentro de las cincuenta hierbas fundamentales que se utilizan dentro de la medicina tradicional de China.

Su corteza presenta tonalidades grises, marrones y violáceas. Se halla distribuido por todo el este asiático, llegando por el oeste hasta Pakistán y algunas partes de África, hasta una altitud de mil doscientos metros sobre el nivel del mar. Se lo utiliza como ornamental en los jardines por lo llamativo de su floración.

Posee grandes hojas acuminadas, de forma oval, base redondeada y nervaduras muy marcadas de hasta quince centímetros de largo por seis de ancho; con los márgenes desde enteros a lobulados palmeados y pecíolos pubescentes; se ubican de manera alterna en las ramas.

Sus pequeñas flores, que miden un centímetro de diámetro y cuentan con un suave perfume dulzón y abundante pubescencia en su interior, están sostenidas por un corto pedicelo, protegidas por brácteas y se presentan reunidas en número de tres a quince en inflorescencias cimosas axilares; el cáliz es tubular y los sépalos tienen un borde terminado en cinco diminutos dientes;  la corola está formada por seis pétalos de color blanco crema o amarillo muy claro, de forma linear a oblonga; poseen seis estambres con cortos filamentos; el ovario es globoso y los frutos (o drupas) que da son carnosos y de color púrpura o azul, conservan restos del cáliz que es persistente.

Necesita ubicaciones donde reciba desde sol pleno hasta media sombra; resiste bien las bajas temperaturas. Se multiplica mediante semillas o por esquejes semileñosos. Se le atribuyen propiedades carminativas, activadoras de la circulación, anti reumáticas y cicatrizantes.