Árbol del pan

Arbol del pan

El Artocarpus communis o Árbol del Pan es una planta monoica perenne perteneciente a la familia Moraceae que ronda los quince metros de alto (a veces bastante más), con troncos que pueden medir hasta dos metros en su base. Se halla distribuido por toda Oceanía y el sureste de Asia, desde el nivel del mar hasta los ochocientos metros de altitud, donde las lluvias anuales oscilan entre los mil quinientos y los tres mil milímetros. Es de fácil propagación (mediante semillas y esquejes) y no demanda muchos cuidados, sólo necesita mucho sol y suelos fértiles, profundos y con buen drenaje, algunas variedades se adaptaron a la arena de los atolones de coral.

Tiene flores unisexuales, aunque ambos sexos están sobre cada ejemplar; las inflorescencias masculinas, en forma de largos bastones de cinco por cuarenta y cinco centímetros, aparecen antes; son miles de pequeñísimas flores con dos anteras cada una que están pegadas a un tubo central con aspecto de esponja; algo similar ocurre con las femeninas, pequeñas y verdosas, que tras la polinización se transforman en infrutescencias comestibles de color verde claro o amarillo verdoso, las cuales difieren mucho en cuanto a tamaño, forma y textura de la piel (usualmente son oblongas y miden entre diez y veinte centímetros); hay una variedad llamada “Afara” cuyos frutos son rosados o de color naranja; la pulpa es color crema o amarillo muy claro y en ella están inmersas las semillas que son marrones, subglobosas y están comprimidas irregularmente, miden entre uno y dos centímetros.

Las hojas, de color verde oscuro con nervaduras mucho más claras, se ubican de manera alterna en las ramas, pueden ser desde simples y de bordes enteros hasta grandes y profundamente hendidas, casi lobuladas; todas con superficie suave y brillante; preparadas en infusión se dice que ayudan a controlar la diabetes.

Este árbol es utilizado en la industria maderera (produce una madera liviana), en la farmacéutica y sirve como aditivo en la industria alimenticia; todas sus partes exudan un látex de aspecto lechoso. Comienza a fructificar a partir de su tercer año de vida y continúa haciéndolo por décadas. En cultivos intensivos se han llegado a recolectar entre ciento cincuenta y cuatrocientos kilos de fruta por año, la misma puede consumirse fresca o cocinada en todos los estados de madurez; es muy nutritiva porque tiene alto contenido de carbohidratos y aporta a nuestra dieta gran parte de las vitaminas y minerales que necesitamos.

El Carzo

El Acebuche

La Abarema

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