Borassus aethiopum

Borassus

Esta esbelta palmera, que responde al nombre científico de Borassus aethiopum y pertenece a la familia Arecaceae, es originaria de las extensas sabanas de África. De alto porte, suele alcanzar los 25 metros de alto y posee un diámetro basal de un metro. En lo alto del tronco la corona de hojas llega a más de siete metros de ancho y agrupa a casi treinta de ellas.

Esas grandes hojas segmentadas pueden medir entre tres y cuatro metros y están sostenidas por largos pecíolos, de casi su mismo tamaño, provistos de espinas; las componen rígidos folíolos que tienden a arquearse hacia las afiladas puntas. Las flores masculinas son pequeñas y poco llamativas, forman amentos pendulares de alrededor de 30 centímetros por unos 3 o 4 de diámetro; las femeninas son de mayor tamaño y se reúnen en espigas de 10 a 28 ejemplares dispuestas en espiral, ambas están protegidas por resistentes bractéolas de color verde.

El fruto, que es comestible, puede contener hasta tres semillas; mide entre siete y once centímetros, es de color amarillo y cambia a rojo al madurar. Germinan fácilmente, aunque hay que tener mucho cuidado con las jóvenes plántulas hasta que el tronco se fortalezca; también crecen rápido, pero para prosperar necesitan de suelos aluviales o, en su defecto, arenosos.

Todas las partes de esta palmera son aprovechables y de gran valor económico, los frutos, la fibra que proporcionan las hojas y la madera, que es muy apreciada en la construcción por ser resistente al ataque de las termitas. Dos variedades son las más utilizadas, la Borassus aethiopum bagamojensis y la Borassus aethiopum senegalensis.

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