Ciboulette o Cebollín es el nombre que recibe una de las variedades de la cebolla de verdeo, cuyo nombre científico es o Allium schoenoprasum. Pertenece a la familia Aliaceae. Es originaria del norte de Europa. Su suave aroma y su sabor particular enriquecen las comidas que la tienen como ingrediente. Se usan sus hojas frescas preferentemente (aunque se comercializan también cocidas y deshidratadas) y con menor frecuencia los pequeños bulbos. En estado silvestre se puede hallar una variedad que es más resistente y de mayor tamaño, la Allium schoenoprasum var. Sibiricum, que se halla distribuida desde los dos mil quinientos metros hasta el nivel del mar.
Tiene hermosas flores aliladas o púrpuras reunidas en una inflorescencia del tipo umbela. Soporta bien las bajas temperaturas. Gusta de lugares que pueden tener desde sol pleno a media sombra. Se adapta a todos los suelos pero hay que preocuparse de que tengan buen drenaje y sean sueltos y bien aireados para evitar problemas a los bulbos, que si padecen anegamientos reiterados serán presas de los hongos. No la afectan mucho las plagas pero no está de más sembrar cerca de ellas algunas plantitas de perejil pues éste mantiene alejadas a las pequeñas moscas de las cebollas.
Puede germinar de semilla, pero es más común proceder a la división de matas. Se colocan en hileras distanciadas unos veinticinco o treinta centímetros y a unos diez centímetros entre ellas. Se cubren bien con abundante tierra el bulbo y unos 2 o 3 cm del tallo, presionando con fuerza. Luego de trasplantada se aletarga un poco y tarda unos meses en volver a su follaje habitual. Para consumir se cortan las hojas, que miden entre veinte y treinta centímetros, a unos dos tercios de su largo, para no dañar los brotes nuevos que están creciendo aún.
Cada dos años conviene renovar todo el sembradío, máxime si han dado una producción exhaustiva. Si no se guardarán semillas es más conveniente cortar las varas florales para que no se derive a ellas la vitalidad de la planta. Si se decide sembrarlas ubicar, hacia finales del invierno, algunas en bandejas con compartimientos, de a dos o de a tres, y cubrirlas con un vidrio o similar. Contiene vitaminas A, B y C y su componente básico, la alicina, es un excelente agente antibacterial; en topicaciones se la usa como desinfectante y antimicótica.
