Conservación de suelos

Conservación de suelosCuando la actividad humana se despliega en tareas que tienden a evitar la erosión, ella se concreta en lo que genéricamente recibe el nombre de Fijación de suelos. Esta crea condiciones especiales para tratar de contrarrestar la fuerza erosionante del viento y demás fenómenos climáticos, tales como las lluvias que en algunas regiones son un flagelo para las tierras de cultivo, y los aluviones que se dan en terrenos montañosos ya sea por el deshielo de las altas cumbres o por lluvias fuertes en la cima, lo cual perjudica terriblemente a los valles cultivados, llegándose a perder a veces, merced a estos imprevistos, totalmente las cosechas. 

Cuando procuramos que los suelos se recuperen sin actuar directamente sobre ellos añadiéndoles sustancias externas y sin dejar de cultivarlos, se lleva a cabo la denominada Rotación de cultivos. Si lo que se intenta es incorporar al suelo elementos nutrientes de los que carece, o acrecentar las cantidades de los que ya posee naturalmente si no fueran suficientes, la labor recibirá el nombre de Fertilización. 

Otra tarea de mantenimiento o conservación del suelo es la que llamamos Enmienda. Actividad ésta  orientada a mantener la composición física y mineral del suelo, o bien a alterarla cuando no presente el equilibrio necesario entre sus componentes principales. Si se actúa en función de lograr el equilibrio entre los fenómenos físicos minerales y la proporción de aire y agua en el volumen del suelo, la actividad realizada recibe el nombre de Barbecho. 

Pocos son los conceptos de técnica agrícola que resulten más imprecisos que el de “Barbecho”, con el cual se expresan finalidades y proceso más o menos similares. El concepto primitivo de Barbecho ha ido evolucionando con el transcurrir del tiempo e incluso ha adoptado modalidades según las zonas geográficas y objetivos que quieran lograrse mediante su empleo. 

Desde el punto de vista más amplio un terreno de labor se encuentra en Barbecho cuando no se lo cultiva durante un lapso más o menos prolongado, con el propósito de que la tierra descanse y recupere naturalmente su fertilidad mediante un proceso de meteorización.

Hoy en día se sumaron tareas para obtener el mismo cometido, añadiendo a la roturación de la tierra la incorporación a la misma de los rastrojos que quedan tras la cosecha. En aquellas zonas donde las precipitaciones pluviales no son frecuentes el Barbecho adquiere un sentido de protección del suelo en descanso, a través de la formación de una cobertura vegetal que impide la llegada directa de los rayos solares facilitando la conservación de la humedad al evitar la evaporación. También esto se torna beneficioso frente a la erosión eólica y pluvial.

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