El Agracejo púrpura

El Agracejo púrpura, cuyo nombre científico es Berberis thunbergii atropurpurea es un arbusto dicotiledóneo, espinoso y caducifolio muy resistente que rara vez sobrepasa los dos metros de altura, pertenece a la familia Berberidaceae y es originario de Japón. Adquiere por sí mismo forma redondeada, ramifica profusamente y tiene follaje  frondoso;  admite las podas intensas (siempre en otoño), por lo cual se recomienda para bonsái y puede usárselo como cerco en los jardines dándole la forma adecuada.

Las hojas son pequeñas, de forma oval y  coloración rojiza, merced a ellas es que es una especie ornamental muy utilizada; dentro de la medicina no tradicional, preparadas como infusión, se les atribuyen propiedades astringentes, pero en bajas dosis puesto que pueden ser tóxicas empleadas en alta cantidad. En primavera se cubre de minúsculas flores amarillas, reunidas en apretadas inflorescencias racimosas pendulares que miden unos cinco o seis centímetros de largo,  que se transformarán en el otoño en rojos frutos (de tipo baya ovalada y recubiertos por una capa cerúlea) de aproximadamente un centímetro de diámetro y ricos en vitamina C. En los mismos puntos de las ramas aparecen las hojas agrupadas, las espinas  trífidas y las inflorescencias.

Las raíces y las ramas se emplean para producir tintura amarilla. Se reproduce mediante semillas, esquejes (con ayuda de algún enraizador) o estacas con hojas (mantenidas en ambiente húmedo). Gusta de ubicaciones a pleno sol pero se da también a media sombra. No es exigente respecto a los suelos pero prefiere los calizos. El riego debe ser moderado y es bastante resistente al frío.

Son varias las plagas que suelen atacarlo: La roya (Puccinia graminis) que produce caída de las hojas, la antracnosis (manchas oscuras en el follaje que se cura con preparados a base de cobre), bacteriosis  (manchas púrpura, sólo se deben cortar y quemar  las partes atacadas), también hongos y virus que no dejan otra solución que quitar la planta y no replantar en el lugar ninguna de la misma especie por las dudas de que hayan quedado vestigios de los atacantes. Lo más sencillo de combatir son los pulgones, puesto que con agua jabonosa aplicada mediante pulverizador los mantendremos alejados.

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