El Ajenjo

El Ajenjo es una planta perenne aromática, de consistencia herbácea, denominada científicamente Artemisia absinthium, originaria del oeste europeo, miembro de la familia Asteraceae y conocida desde la más remota antigüedad por sus propiedades medicinales. Hoy se halla diseminada por el mundo entero gracias a su gran capacidad de reproducción y adaptabilidad a distintos climas y suelos.

De su tallo subterráneo o rizoma nacen tallos erectos que suelen rondar un metro de alto. Las raíces secretan sustancias que impiden el crecimiento de otras plantas en su cercanía. Sus hojas pinnadas y deciduas son de color verde grisáceo, están sostenidas por largos pecíolos y se disponen de forma espiralada; en su cara posterior presentan glándulas que contienen aceite esencial (el cual es muy venenoso en estado puro).

Florece durante todo el verano y parte del otoño; sus diminutas flores tubulares amarillas se reúnen en inflorescencias de tipo capítulo (a su vez se agrupadas en panículas), protegidas por brácteas pubescentes también verde-grisáceas al igual que las hojas. Los frutos son aquenios biloculares de no más de medio centímetro. Se la propaga mediante semillas o por división del rizoma; aunque no es selectiva en cuanto al terreno sí prefiere aquellos que son ricos en nitrógeno. En cuanto a la ubicación le agrada recibir sol pleno. El riego debe ser moderado.

Dentro de la medicina no tradicional se le confieren propiedades aperitivas, tónico-estomacales, diuréticas, anti flatulentas, hepatoprotectoras, bactericidas, anti inflamatorias (en uso externo principalmente sobre torceduras o desgarros), febrífugas, emenagogas y antiparasitarias. De sabor amargo se la emplea en la fabricación de bebidas tales como el vermut y el licor de ajenjo llamado absenta. El fuerte olor que emana de toda la planta se dice que repele a los insectos y se colocan ramas pequeñas de Ajenjo en los roperos para mantener alejadas a las polillas.

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