El Ambay, que responde al nombre científico de Cecropia adenopus, es un árbol caducifolio de porte medio que pertenece a la familia Cecropiaceae (Moraceae según otra clasificación), originario de los bosques húmedos de América del Sur. Suele alcanzar los quince metros de alto y su tronco, de corteza de color gris claro (muchas veces cubierta por líquenes), tiene un diámetro de treinta centímetros aproximadamente; presenta una copa con forma de parasol.
Posee grandes hojas palmatilobadas que miden entre diez y cuarenta centímetros, las conforman alrededor de diez lóbulos con los bordes ligeramente festoneados; son de color verde oscuro en el frente (con nervaduras remarcadas de color amarillento) y verde grisáceo en el revés; están sostenidas por largos pecíolos pubescentes que con el paso del tiempo se van estriando.
En la primavera aparecen sus flores dioicas de un hermoso tono violeta-azulado; las masculinas se distinguen por ser de menor tamaño; se reúnen en inflorescencias axilares de tipo espiga fasciculada. Los frutos, carnosos y comestibles, son muy apreciados por varias especies animales, que son quienes dispersan las semillas luego de ingerirlos. Al Ambay se lo reproduce a partir de la simiente o bien por esquejes, para prosperar necesita suelos fértiles y profundos, clima cálido y abundantes lluvias.
Dentro de la medicina no tradicional a las hojas y a la corteza se le confieren propiedades curativas de los problemas de las vías respiratorias, considerándoselas expectorantes, anticatarrales y antiasmáticas, también diuréticas y cardiotónicas; aplicadas en uso externo se dice que mejoran notablemente las afecciones de la piel; todo ello gracias a los principios activos que contienen, siendo el principal de ellos la ambaina.
La rusticidad del reverso de las hojas hace que se las emplee como sustituto casero del papel de lija y la madera que brindan su tronco y sus ramas es empleada para la extracción de pulpa y la consiguiente fabricación de papel con ella. En sus ramas huecas acostumbran vivir colonias de hormigas del género “Azteca”, sin que a la planta le ocasione ningún perjuicio.
