El árbol medusa

El árbol medusa

El Árbol Medusa, Jellyfish Tree o Medusagyne oppositifolia se encuentra entre las especies en crítico peligro de extinción; es endémico de las Islas Seychelles, un archipiélago de más de cien islas que está situado cerca de Madagascar. Pertenece a la familia Medusagynaceae. Por otro sistema de clasificación de plantas hay quienes incluyen el género Medusagyne dentro de la familia Ochnaceae, colocando también en ésta a la familia Quiinaceae originaria de los trópicos de América. A pesar de que en la isla  hay unas sesenta millas cuadradas pobladas por estos árboles éstos están luchando por sobrevivir, se los halla en pequeños grupos o como individuos aislados, ubicados en laderas graníticas a unos dos kilómetros de la costa y no hay ejemplares jóvenes.

El nombre se le ha dado puesto que sus frutos al abrirse tienen semejanza de apariencia con las medusas marinas. Durante años se lo consideró extinto hasta que en la década de 1970 fueron descubiertos algunos de ellos. El problema de su escasa expansión parece estar en que a las semillas les demanda mucho esfuerzo el germinar y el medio ambiente no les es propicio para hacerlo; se ha sugerido que esto es debido a los cambios climáticos puesto que necesitarían más humedad, pero el árbol se adapta bien a la sequía, sólo su simiente, desafortunadamente, parece no lograrlo. Otras especies van ganando terreno en su entorno y así es cómo los vemos pelear una dura batalla para mantenerse con vida.

Estos hermosos árboles llegan a medir unos diez metros de alto y tienen la copa armónicamente redondeada. La corteza es oscura y presenta fisuras distintivas de la especie. Las hojas grandes, enteras, simples, pecioladas, de color verde, se ubican de manera opuesta en las ramas (de allí su segundo nombre científico), tienen aspecto coriáceo y brillante, su borde es apenas crenado; con el paso del tiempo se tornan rojizas. Las flores son pequeñas, de color blanco o rosado, con cáliz gamosépalo, corola de cinco pétalos; el gineceo posee entre diecisiete y veinticinco carpelos con dos óvulos por celda; los estambres son numerosos y terminan en anteras basifijas de hendidura longitudinal;  las hay masculinas y hermafroditas, se reúnen en inflorescencias pendulares de tipo panícula cimosa.

Los frutos (cápsulas dehiscentes) son redondeados y de color verdoso, cambian a marrón-rojizo cuando maduran. Al secarse se abren como sombrillas y las semillas que están en su interior son dispersadas por el viento. En algunos jardines botánicos se los ha cultivado con éxito proporcionándoles más humedad que la que suelen tener en su hábitat silvestre. Tres de las poblaciones naturales actuales se hallan bajo la jurisdicción de un Parque Nacional en la Isla de Mahe, por lo que se espera que puedan estar a salvo mientras se estudia la manera de propagarlos.

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