El Arrayán o Myrceugenella apiculata es un árbol perennifolio perteneciente a la familia Mirtaceae, aunque es de lento crecimiento puede llegar a medir entre 8 y 15 metros de alto. Su tronco, de entre 30 y 70 centímetros, es múltiple, retorcido y muy ramificado. Tiene una corteza muy lisa y suave que varía la tonalidad entre naranja, canela y rojo. La madera que produce está dentro de las clasificadas como semidura y es de buena calidad, con ella se fabrican mangos para herramientas y también se la emplea como leña. Siempre se lo halla cerca de cursos de agua o a la orilla de los lagos, generalmente agrupado en bosquecillos. Se lo utiliza en los jardines con fines ornamentales, mediante la poda puede mantenérselo como arbusto.

Florece durante el verano y los frutos, que aparecen hacia fines del verano, maduran en otoño. Tiene flores hermafroditas pequeñas, blanquecinas, agradablemente perfumadas; se reúnen en grupos impares sostenidas por largos pedúnculos axilares; están formadas por un cáliz persistente de cuatro cortos sépalos romos y cuatro pétalos glabros, casi circulares, libres y de aspecto carnoso; tienen numerosos estambres blancos muy largos rodeando a un único y rojizo pistilo; poseen ovario inferior con dos lóculos pluriovulados.

Los frutos, comestibles, son bayas de apariencia esférica, con pulpa carnosa y cáscara de color muy oscuro, miden de 1 a 1,5 cm. Sus semillas (entre dos y una docena más o menos), de forma arriñonada, son de rápida germinación y se las siembra en almácigos, para luego llevar las plántulas al lugar definitivo cuando alcanzan cierto desarrollo.

Las pequeñas hojas (miden de uno a tres centímetros) de aspecto coriáceo, forma elíptica, bordes enteros, acuminadas y con cortos pecíolos, se disponen de manera opuesta; son aromáticas, de un brillante verde en la cara superior y pálidas por el revés. Se considera al Arrayán, dentro de la medicina no tradicional, como estimulante, astringente, balsámico y vulnerario.