Recibe el nombre de Cardamine pratensis, también conocida vulgarmente como “Berro amargo” o “Berro del prado”,  una planta herbácea rizomatosa perennifolia, hemicriptófita, perteneciente a la familia Brassicaceae originaria de Europa y el oeste asiático. Por su belleza se la cultiva como ornamental. Mide entre cuarenta y sesenta centímetros de alto, sus tallos cilíndricos son glabros y huecos; tiene hojas basales imparipinnadas de entre diez  y veinticinco centímetros de longitud formadas por varios segmentos de aproximadamente un centímetro.

Florece en Primavera; sus pequeñas flores hermafroditas y pediceladas pueden medir hasta dos centímetros, están constituidas por cuatro pétalos de color rosa o bien blancos y se reúnen en inflorescencias terminales, de tipo racimo, que son muy atractivas para las mariposas; el cáliz lo forman tres sépalos verdes libres con ápices redondeados; cuenta con seis estambres, dos más cortos que el resto; ovario con un solo estilo que se engrosa al final. El fruto es una silicua biloculada que contiene numerosas semillas.

Es una planta típica de los valles, prefiriendo los suelos ricos en nutrientes, con alto contenido de arcilla que retiene mejor la humedad; se la puede encontrar desde el nivel del mar hasta los dos mil metros de altitud; no le agrada la salinidad pero es indiferente al pH. En cuanto a la luz solar le agrada más la media sombra; no soporta las temperaturas extremas y por lo tanto tampoco las heladas.

Toda la planta posee un alto contenido de Vitamina C, lo cual ayuda a mejorar varias afecciones de los seres humanos; dentro de la medicina no tradicional se le atribuyen propiedades digestivas, diuréticas, anti escorbúticas y anti reumáticas. Las hojas y los brotes tiernos, aunque son de sabor un tanto amargo, pueden consumirse en ensaladas. Para prepararlo en infusiones depurativas se lo cosecha cuando comienza la floración y se lo deja secar a la sombra en lugares bien aireados.