El Carraspique blanco

El Carraspique blanco, o Ibéride, es una planta medicinal anual que pertenece a la familia Brassicaceae (siendo pariente de la col y el brócoli); es originaria de las costas del Mar Mediterráneo y responde al nombre científico de Iberis amara. Se la emplea como ornamental en parques y jardines. Sus tallos de consistencia herbácea, muy ramificados, pueden llegar a los cuarenta centímetros de altura.

Tiene hojas verdes, de forma oblonga a lanceolada con dos o tres dientes irregulares a cada lado. Sus bellas flores blancas de cuatro pétalos (dos grandes y dos pequeños), hermafroditas y aromáticas se reúnen en inflorescencias de tipo corimbo; la polinización es efectuada por los insectos que las visitan. Los frutos son silicuas redondeadas de sabor amargo.

Crece con rapidez. Prefiere ubicaciones a pleno sol y terrenos de composición calcárea, aunque sean pobres en nutrientes; pero se adapta también a los arenosos, francos y arcillosos, siempre que tengan buen drenaje puesto que no resiste los anegamientos. Soporta bien el frío, tolerando incluso heladas no muy extremas. Hay un hongo, el Peronospora lepidii que ataca sus hojas y tallos cuando la humedad es muy elevada y ocasionalmente puede presentarse mildew.

Dentro de la medicina no tradicional a todas sus partes aéreas y la raíz se les atribuyen propiedades digestivas (especialmente se la emplea para tratar problemas de dispepsia, úlcera e irritación intestinal) y hepatoprotectoras; pero en bajas dosis, dado que en exceso produce, por el contrario, graves malestares gastrointestinales. Se la incluye también en tratamientos contra la gota y el reumatismo y hay medicamentos de venta libre que la incluyen dentro de sus componentes; comercializándose, además, su extracto el cual dicen aumenta el tono intestinal disminuyendo  la sensación de hinchazón y las molestas flatulencias.

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