El Curupay

El Curupay

El Curupay, o Cebil, cuyo nombre científico es Anadenanthera colubrina, es un árbol de porte medio (mide entre diez y veinte metros) con follaje deciduo, de porte medio, que puede llegar a medir unos veinte metros de alto con un tronco de casi un metro de diámetro que presenta una corteza con profundos cortes. Es originario de Sudamérica (donde crece en las selvas y sabanas) y forma parte de la familia Fabaceae.

El tronco posee un diámetro de cerca de un metro y está cubierto por una corteza de color gris-amarronado que presenta protuberancias de forma cónica. Tiene hojas  bipinnadas, compuestas por pequeños folíolos, que en conjunto alcanzan los treinta centímetros de longitud.

Es de rápido crecimiento (entre un metro y un metro y medio por año) y a los dos años de haber germinado ya da su primera floración. En la primavera se cubre de minúsculas flores color verde-amarillento reunidas en inflorescencias axilares de tipo capítulo globoso que están sostenidas por largos pedúnculos. Los frutos son legumbres semileñosas que toman un color marrón-rojizo al madurar, comúnmente sobrepasan los diez centímetros de longitud y contienen entre cuatro y quince semillas de forma arriñonada, piel lisa y brillante; se las siembra casi a ras de la tierra y no necesitan mucho riego, germinan en menos de una semana.

Necesita suelos con buen drenado dado que es propenso al ataque de los hongos; conviene ubicarlo en lugares con abundante sol y se lo debe proteger en zonas de heladas pues le afectan mucho. Es un árbol apto para varios usos, exuda una resina similar a la goma arábiga, el tanino que se extrae de él es empleado en el curtido de cueros, se lo considera un buen expectorante dentro de la medicina no tradicional y principalmente se lo valora por la madera que brinda; ésta no es atacada por las termitas y por ello es ideal para la construcción, se fabrican también aberturas con ella (puertas y ventanas) y sirve, además, como leña.

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