El Espino africano

Se denomina Espino africano a un arbusto espinoso, de porte erecto, originario del Sur de ese continente; es miembro de la familia Solanaceae y responde al nombre científico de Lycium ferocissimum, Se ha adaptado bien bajo cultivo en Australia y Nueva Zelanda pero suele convertirse en plaga si no se lo controla. Mide entre dos y tres metros de alto por otro tanto de ancho.

Posee un sistema de raíces no muy profundo pero sí muy extenso. Los tallos muy ramificados están recubiertos por una corteza lisa y pálida que se torna gris y arrugada con el paso del tiempo, tienen espinas gruesas y fuertes que miden de dos a quince centímetros de largo. En sus ramas las hojas verdes, ovales, pecioladas y carnosas, con los márgenes enteros, nacen arracimadas, presentando en la base escamas de color marrón claro.

Florece durante gran parte del año. Las aromáticas flores, de nacimiento axilar, poseen un cáliz verde tubular que deja paso a cinco pétalos blancos (surcados por delgadas líneas púrpura) recurvados hacia fuera, los cuales rodean a cinco prominentes estambres; nacen solitarias o en pareja sostenidas por cortos pedicelos. Comúnmente se autopolinizan pero hay también hay insectos que las visitan.

Los frutos son bayas globosas, de alrededor de un centímetro de diámetro, que se tornan rojas al madurar y conservan adherido el cáliz que es persistente. Los pájaros y pequeños animales que los comen efectúan la propagación. Contienen numerosas semillas amarillentas similares a las de los tomates; se lo puede reproducir mediante ellas o bien vegetativamente, utilizando los brotes o retoños que generan las raíces. Es una planta bastante resistente, tolera las sequías y la salinidad del aire además de servir como cortavientos.

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