El Calophyllum brasiliense, Árbol de Santa María o Guanandí, pertenece a la familia Clusiaceae. Es originario de América, forma parte de la vegetación selvática de los trópicos, distribuyéndose entre el nivel del mar y los mil setecientos metros, en zonas donde las lluvias son abundantes (de 1500 a 4000 milímetros anuales) y la temperatura media está entre los 20 y los 28 grados centígrados. Tiene gran porte, pudiendo medir hasta cuarenta metros, gracias a ello puede aprovechárselo como cortador de vientos en tierras de cultivo (merced a que además es resistente a los herbicidas). En aspecto y madera es muy similar a la Caoba.
Tiene un tronco cilíndrico que suele sobrepasar el medio metro de diámetro, cubierto de una corteza grisácea surcada por vetas amarillentas, la savia es de color amarillo-verdoso; ramifica a partir de los dos o tres metros. La copa posee forma redondeada y es frondosa. Posee hojas simples, con márgenes enteros y aspecto coriáceo, que se ubican de manera opuesta en las ramas, el reverso (en el cual se destacan más las nervaduras) es de un verde más claro que el anverso, los bordes se presentan ondulados.
Las flores son pequeñas, blancas con un ligero tinte amarillento, se presentan agrupadas en inflorescencias de tipo racimo; en algunas plantas sólo hay flores masculinas mientras que en otros se las halla de ambos sexos. Los frutos son bayas globulares carnosas de pulpa agradablemente aromática, miden unos dos centímetros de diámetro y de ellos se alimenta gran parte de la fauna de los bosques. Contienen una sola semilla con oscuro y grueso recubrimiento; de ellas se extrae aceite y de la corteza una tintura de color pardo, para recolectar las primeras se espera a que los frutos tomen color amarillo, se las puede almacenar por escaso tiempo pues se deshidratan rápido y dejan de ser viables, lo mejor es sembrarlas de inmediato (en lechos de arena, para su posterior trasplante a los cinco o seis meses) para que la germinación arroje un resultado del noventa por ciento.
Su corteza, las hojas y la resina que exuda tienen efectos medicinales, se los utiliza en casos de diabetes, dermatitis y úlceras. Con la madera se confeccionan pisos y muebles, se la usa para fabricar embarcaciones (resiste bien a las termitas y ampliamente a los hongos) y para el tallado de diversos objetos, desde mangos para herramientas hasta instrumentos musicales; es también una excelente fuente de celulosa, materia prima para el papel. Tal es el uso indiscriminado que se le da que mermó mucho la cantidad de ejemplares dentro de los hábitats naturales y se lo ha comenzado a cultivar previniendo su escasez. Prefiere suelos ácidos y húmedos (tolera bien los anegamientos), ricos en hierro pero con poco potasio y fósforo. Se adapta bien a la sombra, necesita fertilizantes nitrogenados y se lo debe podar una vez al año.
