Reciben el nombre de Psidium, Guayabo o Guayaba, cerca de cien especies de árboles y arbustos incluidos dentro de la familia Myrtaceae, originarios de las zonas tropicales y subtropicales de América. Se pueden cultivar en macetas con fines ornamentales pues son muy decorativos cuando fructifican, sólo se los debe proteger bien en la época de heladas.

Tienen hojas grandes (entre cinco y quince centímetros de largo), simples y de forma ovalada que se ubican enfrentadas en las ramas; su decocción dicen que es un excelente astringente y corta la diarrea. Sus flores de color blanco poseen cinco pétalos y un gran número de estambres. Su fruto comestible (guayaba) es redondo y llega a  medir hasta diez centímetros de diámetro, tiene una fina piel (lo cual hace que pueda comerse sin mondar) que difiere el color según las distintas especies, puede ser amarilla, verdosa, rosa o rojo; en su interior contiene numerosas semillas rodeadas de una pulpa carnosa, rojiza o anaranjada, de sabor entre ácido y dulzón.

La guayaba aporta a nuestra dieta tres vitaminas esenciales para la salud, A, C (es el mejor remedio contra la gripe) y B1, también agua, azúcar, hidratos de carbono, proteínas y fibra. Puede ingerirse en estado fresco o bien preparada de distintas maneras, se la emplea en repostería, en la confección de dulces y mermeladas y para saborizar distintas bebidas. Las raíces y la corteza, ambas ricas en tanino, ingeridas como té varias veces al día, se asegura que curan la anemia y la debilidad de los nervios.

Colombia es el mayor productor mundial de la fruta de estos árboles pero no los exporta porque apenas alcanzan para abastecer su propio consumo interno. En otros lugares, como por ejemplo Hawai, fue criado como arbusto y terminó convirtiéndose en plaga pues los cerdos silvestres se alimentan con sus frutos y dispersan así las semillas.