El llamado comúnmente  Lirio de Scarborough, o Lirio de fuego, es una planta bulbosa perenne, de consistencia herbácea, que responde al nombre científico de Cyrtanthus elatus (antes Vallota speciosa y primitivamente Crinum speciosum), originaria de  Sudáfrica, que forma parte de la familia Amaryllidaceae. En la actualidad se la cultiva en todo el mundo como flor de corte. Los fuertes y erguidos tallos florales pueden alcanzar hasta los sesenta centímetros de alto.

Las variedades cultivadas son reproducidas vegetativamente para asegurar la calidad y cantidad de la floración, la cual generalmente ocurre durante todo el verano. El color rojo es el más difundido pero hay muchos cultivares en tonos que van de blanco a rosa salmón también. Las flores tienen el cáliz tubular, seis pétalos libres, ovales y acuminados y seis largos estambres con anteras rebosantes de polen amarillo.

Sus largas hojas verdes acintadas, de aspecto coriáceo, con los márgenes enteros y nerviación paralela, que surgen del bulbo o tallo subterráneo, mueren al llegar el frío para rebrotar en la primavera. Si los bulbos fueron sacados de la tierra por temor a las temperaturas muy bajas, en la primavera se los vuelve a sembrar con el cuello apenas asomando y a una distancia de no más de diez a quince centímetros entre ellos pues les agrada crecer acompañados y lo hacen rápidamente.

Este tipo de lirios precisa ubicaciones a pleno sol pero tolera  algo de sombra parcial y prefiere climas de cálidos a templados porque detesta las heladas. Los suelos deben contar con buen drenaje, ser sueltos y profundos, con añadido de materia orgánica o compost como abono. El riego debe ser regular en la etapa de crecimiento y reducido o nulo en invierno. Cuando está en flor se acostumbra agregar algún fertilizante al agua. En los jardines se lo emplea para constituir bordes. Admite el cultivo en maceta y es de fácil mantenimiento pero se lo debe proteger de caracoles y babosas.