El Platanillo, que responde al nombre científico de Senecio petasitis, es un arbusto muy ramificado y de forma redondeada natural que mide entre uno y dos metros de alto; pertenece a la familia Asteraceae y es originario de América Central. Es de rápido crecimiento y su mantenimiento no demanda mayores cuidados.

Posee grandes hojas verdes de alrededor de veinte centímetros de diámetro, son pubescentes y tienen las nervaduras palmeadas; al comenzar el frío adquieren un llamativo tono rojizo, por ello es que se emplea al Platanillo como ornamento en los jardines, ya sea en solitario o formando bordes o grupos en los rincones.

Sus pequeñas flores amarillas, de cinco pétalos, se reúnen en grandes inflorescencias terminales de tipo racimo, sostenidas por largos pedúnculos de tono rojo oscuro, que aparecen hacia finales del invierno o principios de la primavera.  Los frutos son aquenios ovalados.

Gusta de ubicaciones a pleno sol, aunque se adapta a la sombra parcial. Precisa suelos frescos y con buen drenaje, puede soportar la sequía pero no el anegamiento del terreno. Prefiere los suelos sueltos y ligeros pero tolera bien los terrenos calizos y hasta ligeramente salinos; es muy resistente a las plagas y a las enfermedades. Se le debe efectuar una poda anual, luego de que termina la etapa de floración, para limpieza y mantenimiento; de ella es que se obtienen los esquejes semi-leñosos que pueden luego dar origen a nuevos ejemplares. Si la temperatura desciende mucho y la planta se hiela, no hay que preocuparse puesto que vuelve a brotar cuando el frío pasa.