El Tamarindo silvestre, cuyo nombre científico es Dialium guianensis, pertenece  a la familia Caesalpiniaceae. Es un árbol originario de Centroamérica, caducifolio y de gran porte, puede alcanzar una altura de cuarenta y cinco metros y tener un diámetro de tronco superior al metro. Su hábitat se extiende entre el nivel del mar y los cuatrocientos metros. Forma parte de la vegetación del Trópico húmedo, como la de las costas del Golfo de México.

La copa es redondeada. Tiene hojas pecioladas, de bordes destoneados, compuestas e imparipinadas que miden alrededor de quince centímetros de largo; están formadas por hasta siete folíolos que pueden ser tanto alternos como opuestos; se ubican en las ramas de manera espiralada; al ser masticadas se percibe un sabor parecido al del tamarindo. Esta especie cambia totalmente su follaje a la par que florece.

El tronco es normalmente recto y las ramas son ascendentes; presenta una corteza externa gris formada por un sinnúmero de lenticelas y una interna de color mucho más claro que es de consistencia fibrosa y tiene sabor dulzón; juntas tienen un grosor de un centímetro.

Las flores zigomórficas, hermafroditas y pubescentes están agradablemente perfumadas; se reúnen en espigas que pueden ser tanto terminales como axilares, en conjunto miden unos quince centímetros de largo. Los frutos son vainas indehiscentes de entre uno y dos centímetros de largo, su interior es de consistencia esponjosa y sabor agridulce, por lo general contienen una o dos semillas. Estas tienen forma de riñón achatado, son oscuras y brillantes; apenas un diez por ciento de ellas germina; muchas veces son dispersadas por los rumiantes, que en sus estómagos les realizan una especie de tratamiento pre germinativo provisto por los jugos gástricos.

Se lo puede reproducir, además, mediante cortes de tallo e injertos de yema. Todas sus partes son aprovechables, las hojas, los frutos, las semillas y la madera que produce; provee, también, abundante abono verde (mantillo que forma el follaje al disgregarse a los pies del árbol), éste es eficaz para evitar la erosión del suelo. Resiste bien las plagas.