El Yeddo

Se conoce por el nombre popular de Yeddo y el nombre científico de Rhaphiolepis umbellata a un arbusto perennifolio originario del este de Asia, más precisamente Corea y Japón, que suele rondar el metro y medio de alto (por otro tanto de ancho puesto que adquiere forma redondeada al crecer) y es miembro de la familia Rosaceae. Se lo emplea como cerco en los jardines.

Su crecimiento es lento. Prefiere ubicaciones a pleno sol y soporta bien las bajas temperaturas invernales; el riego debe ser moderado pues no le agrada el exceso de agua, proveerlo siempre de suelos sueltos, con bastante humus, aireados y con buen drenaje. Puede darse bien en zonas costeras porque tolera la salinidad. Si está en tiesto o maceta regarlo sólo cuando el sustrato se vea seco; antes de la floración es bueno administrarle algún fertilizante orgánico; aplicar también algún fungicida y un insecticida de amplio espectro.

Su follaje es denso; las hojas son verde oscuro, ovales, simples y de aspecto coriáceo, miden de tres a nueve centímetros de largo, tienen el margen ligeramente serrado, se disponen de manera alterna en las ramas y en los vértices se las ve agrupadas; cuando comienza el frío se tiñen de púrpura y al regresar el tiempo cálido las nuevas nacen de color verde claro y cubiertas por una fina pubescencia que luego desaparece. En la primavera da pequeñas flores de alrededor de dos centímetros de diámetro, con cinco pétalos libres, blancas o rosadas, de suave fragancia, que aparecen reunidas en panículas umbeladas.

Los frutos son bayas globosas carnosas, verdes al principio y oscuras al ir madurando, que conservan el cáliz (que es persistente) adherido en un extremo; contienen una sola semilla; se lo propaga mediante ellas o a través de esquejes semileñosos. Dentro de la medicina no tradicional se le confieren propiedades astringentes y la corteza es utilizada como colorante.

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