La Camelia rubor de hada, en idioma inglés Fairy Blush Camellia, cuyo nombre científico es Camellia sasanqua, es un arbusto siempre verde de gran resistencia (aunque debe protegérselo de los vientos fuertes), su crecimiento es moderado y suele medir entre un metro y un metro y medio de alto. Pertenece a la familia Theaceae. Aunque las camelias son originarias del sudeste asiático, esta variedad en particular es un híbrido de Camellia lutchuensis originado en Nueva Zelanda.

Precisa de lugares donde el sol le llegue filtrado, por ello es que conviene ubicarla debajo de algún árbol con follaje de mediana densidad. Tiene hojas pequeñas de color verde oscuro, con forma oval y ápice acuminado, los bordes son enteros y su aspecto es coriáceo, la nervadura central es más clara y está muy marcada.

Sus flores simples y axilares nacen siendo capullos de color rosa oscuro desde mediados de invierno hasta el verano, a medida que se abren se aclaran y despliegan todo su delicado aroma; sirven como flor de corte porque se distribuyen de manera bien proporcionada a lo largo de los delicados tallos y lucen muy bien en floreros de vidrio o en jarrones de cerámica. Al terminar el período de floración debemos proporcionarle abono líquido y realizarle una poda de embellecimiento, quitando las flores marchitas que aún queden en la planta, las hojas que presenten algún problema y las ramillas finas que puedan haberse quebrado y posteriormente secado.

Puede ser cultivada en macetas o tiestos, precisa riego regular y suelos con buen drenaje, ricos en materia orgánica; conviene mantener frescas las raíces (las cuales son profundas y extensas) acondicionando en la base del tronco una capa de mulch. Queda muy bien en los jardines acompañada de rododendros, lirios del valle, gardenias y azaleas.