Recibe el nombre científico de Hydrangea arborescens un arbusto caducifolio originario de América del Norte que pertenece a la familia Hydrangeaceae. Suele llegar a los dos metros de altura por otro tanto de ancho y se lo emplea como especie ornamental en los jardines. Dentro de su hábitat natural crece en terrenos húmedos, regados por ríos y arroyos, a la sombra de los altos árboles de los bosques.

El tallo presenta la particularidad de mostrar varias capas sucesivas de epidermis, cada una de diferente color, de allí es que en idioma inglés se conoce a este arbusto como “Sevenbark” (Siete cortezas). Posee hojas grandes verdes, de hasta casi veinte centímetros de largo, con una forma que va de acorazonada a oval; sus bordes son dentados y se disponen de manera opuesta en las ramas

Sus pequeñas flores blanco-verdosas se reúnen en inflorescencias de tipo corimbo y aparecen en la primavera, dándose algunas veces una segunda floración a comienzos del otoño. Los frutos son cápsulas marrones. Se la reproduce mediante semillas y también por estolones que echan raíces rápidamente.

Dentro de la medicina no tradicional se la emplea en casos de cálculos, ya sea en los riñones o en la vesícula; la parte empleada es la raíz recolectada en otoño, que cuando fresca es muy  jugosa; para conservarla se la corta en trozos  y se la deja secar, esto la endurece.

Se reconocen tres variedades de ella: Hydrangea arborescens australis, Hydrangea arborescens  kanawhana e Hydrangea arborescens vulgaris. No requiere de mucho mantenimiento; gusta de ubicaciones a media sombra y suelos con buen drenaje; el riego debe ser abundante, más en las épocas en las que está en flor.