La Abarema

Recibe el nombre popular de Abarema un árbol de amplia copa denominado científicamente Abarema idiopoda; es originario de Centroamérica y miembro de la familia Fabaceae. Su hábitat natural se extiende desde el nivel del mar hasta los mil quinientos metros de altitud, mayormente en zonas con una temperatura media anual de veinticinco grados centígrados; lo encontramos formando parte de los bosques tropicales húmedos y también asociado a los manglares costeros.

Se lo emplea principalmente para dar sombra aunque también provee buena madera (semidura) para la construcción, la fabricación de muebles y sirve, además, como leña. Es de porte medio y suele medir de veinte a veinticinco metros de alto, con un diámetro troncal de alrededor de ochenta centímetros.

Las ramas tienden a crecer desordenadamente  y por ello es que precisa esporádicas podas de forma. Su denso follaje es verde y brillante; las hojas son biparipinnadas y están compuestas por de ocho a quince pares de pinnas con pequeños folíolos más claros por el revés. Comienza a dar flores a partir de su quinto año de vida. Florece en primavera y fructifica en verano. Sus flores blanco-verdosas se reúnen en inflorescencias de tipo umbela sostenidas por largos y fuertes pedúnculos. Los frutos son vainas helicoidales dehiscentes que contienen cerca de una decena de semillas esféricas.

Se lo propaga mediante esas mismas semillas frescas, nunca de  más de dos años puesto que pierden viabilidad tras ese tiempo; también dan buen resultado las estacas de madera joven que echan raíces casi de inmediato; a los tres meses se les puede comenzar a suministrar algún abono de lenta liberación. Este bello árbol crece mejor a pleno sol pero no rechaza la sombra parcial. Las hormigas no le afectan.

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