La Alacranera, o Hierba del Alacrán, que responde al nombre científico de Coronilla scorpioides, es una planta herbácea anual que apenas sobrepasa el medio metro de altura, originaria de las costas del Mar Mediterráneo y perteneciente a la familia Fabaceae. Se la encuentra mayoritariamente en las tierras de laboreo, bordeando los cultivos y algunas veces hasta invadiéndolos.

Sus tallos son erectos y poseen dos tipos de hojas, las superiores están compuestas por tres folíolos desiguales (pudiendo llegar a cinco en algunas ocasiones), siendo el que está en el centro de mayor tamaño y forma oval; mientras que las basales son simples, con forma elíptica o sub orbicular y no sobrepasan los tres centímetros de largo.

Donde se unen las hojas con el tallo surgen, entre la primavera y el verano, las inflorescencias, denominadas por ello axilares, que constan de dos o cuatro pequeñas flores amarillas (eventualmente con el estandarte mostrando venas en púrpura) sostenidas por largos pedúnculos cilíndricos y  rodeadas por bractéolas caducas.

El fruto es una legumbre pendular, alargada y angosta, con tabiques transversales muy marcados,  que se enrolla semejando la cola de un alacrán, motivo ése por el cual se la ha bautizado popularmente así. Conservan el cáliz que es persistente. La cantidad de semillas varía entre dos y seis, pueden ser amarillentas o de color más oscuro. Si se las siembra debe recordarse que la Alacranera prefiere terrenos calcáreos y exposición a pleno sol.

No se recomienda su uso sin prescripción médica pues es un fuerte cardiotónico, similar a la digitalina, es preferible utilizar el principio activo que contiene (coronilina) y en bajas dosis, además; aunque sí tiene de bueno que no se acumula en el organismo.