La Alfalfa

alfalfaLa Alfalfa o Mendicago sativa, es una planta herbácea, leguminosa perenne, vivaz, de porte erecto, perteneciente a la familia Fabaceae. Es originaria de Asia Menor y el Sur de los Montes Cáucasos. Los persas la llevaron  a Grecia para sembrarla en las tierras que conquistaban y tener así pasturas para sus caballos (los griegos le daban el nombre de “Hierba médica” pues de los persas o medos la habían recibido), de allí paso a Italia, desde el norte de Africa fue llevada a España y ya después se distribuyó por toda Europa. Su principal uso se halla en la alimentación del ganado, pues tiene un alto contenido de sustancias nutritivas. Es útil para evitar la erosión de los suelos y forma parte de los cultivos rotativos por su importante aporte a la fijación del nitrógeno.

La idea general es que sembrada en tierra de secano se la usa para pastoreo y sembrada en zona de regadío se la destina al corte (en este caso no se deben seccionar muy a ras del suelo pues es en la corona o cuello donde se forman los renuevos que posibilitarán la siguiente cosecha). El corte se efectúa al comienzo de la floración si se desea una mejor calidad de forraje y luego de la floración si lo que se desea es cantidad.

Su raíz pivotante y robusta puede alcanzar los 4 m de longitud en busca de humedad (si los suelos son arcillosos, compactos y de poca profundidad no prosperará su cultivo), de ella nacen múltiples raíces secundarias. Los tallos son consistentes y soportan bien el peso de las hojas y las profusas inflorescencias.

Tiene hojas pecioladas, trifoliares, de bordes minúsculamente serrados. Sus flores son pequeñas, amarillas o violáceas, reunidas en racimos terminales o axilares. El fruto es una vaina que tiene de 2 a 6 semillas con forma de riñón muy pequeñas.

Germina bien aún a bajas temperaturas, pero brota mucho más rápido en climas cálidos, aunque las temperaturas cercanas a los cuarenta grados las matan, lo ideal es un rango entre 18 y 20º centígrados. Necesita suelos profundos y con buen drenaje. El pH necesario para un cultivo óptimo es de 7.2, y si baja a más de 6.8 hay que proceder a encalar el terreno, esto reducirá la cantidad de aluminio y manganeso que la planta absorba y le será beneficioso, pues ambos elementos son nocivos para la alfalfa. No se adapta a tierras salobres, se torna pálida, las hojas disminuyen su tamaño y la planta detiene su crecimiento notablemente. Es recomendable un abonado con fósforo y potasio previo a la siembra, pues ambos son esenciales para el buen desarrollo de la planta.

Al germinar aparecen en primer lugar dos pseudohojitas verdes y opuestas, que son los cotiledones de la semilla, luego la hoja primigenia y a partir de allí ya lo hacen las trifoliadas características de la especie. Entre sus plagas más comunes tenemos a la Isoca, que en todos sus estadios de evolución, huevo, larva, isoca verde y crisálida perjudica a la alfalfa y la “Arañuela roja” que es un ácaro chupador; y también el parásito vegetal conocido como “Cuscuta”, perteneciente al grupo de las fanerógamas, con tallos semejantes a finos cordones de seda que se enroscan y absorben la savia de la planta huésped, puede provocarles al invadir las plantaciones un total agotamiento y asfixia.

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