La Arracacha

La denominada popularmente Arracacha es una planta comestible, originaria de la región andina de América del Sur, que responde al nombre científico de Arracacia xanthorrhiza y forma parte de la familia Apiaceae. Se la cultiva por su raíz tuberosa (similar a la zanahoria) que almacena reservas en forma de almidón; aunque toda la planta es aprovechable, pudiendo consumirse sus tallos frescos en ensaladas y darle las hojas al ganado como forraje.

Su tronco es corto y cilíndrico, de él nacen las grandes hojas, compuestas por un número impar de folíolos, sostenidas por largos pecíolos rojizos. Sus flores son pequeñas y violáceas. Podemos propagarla vegetativamente utilizando los brotes que surgen de la corona de la raíz (dejándolos secar por tres días y efectuándoles luego un corte para favorecer el enraizamiento) o bien mediante semillas. Precisa ubicaciones a pleno sol para prosperar, pero tolera algo de sombra; el sustrato debe contener preferentemente arena mezclada con tierra suelta para asegurarnos un buen drenaje, pues el exceso de agua es perjudicial. Según la variedad se la cosecha al año o al año y medio de vida de la planta, pero hay variedades modernas de las que se obtienen hasta dos cosechas anuales.

Tiene buen sabor, es fácil de digerir y es altamente nutritiva; su ingesta aporta a nuestra dieta proteínas, fibra, hierro, vitamina A, ácido ascórbico (vitamina C), niacina (vitamina B3) y fósforo. Los únicos inconvenientes que presenta es que no soporta estar almacenada por mucho tiempo y sufre numerosos daños durante su transporte; se la utiliza en guisos, sopas, pude ser prensada para puré y también se la emplea en pastelería y en la confección de dulces añadiéndole la denominada “miel de caña”.

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