La Ayahuasca

La Ayahuasca

Se conoce por el nombre de Ayahuasca, o Banisteriopsis caapi, a una liana o enredadera perteneciente a la familia Malpighiaceae, originaria de las zonas selváticas de América del Sur. Esta planta tiene propiedades psicotrópicas, con ella se prepara un cocimiento (en mezcla con otras hierbas) que afecta al sistema nervioso al punto de perder toda noción de realidad, cuanto más tiempo de cocción se le da más se concentran los alcaloides que contiene. Utilizado por los médicos brujos o chamanes les permitía tener visiones que ellos interpretaban como proféticas. Es usada también la corteza  (de sabor muy amargo) para que al masticarla produzca efectos estimulantes, pero éstos son mucho más moderados. La ingesta sin precaución puede originar náuseas, vómitos y diarrea, no se recomienda si se está tomando algún tipo de medicamento ni en asociación con alcohol o alimentos fermentados o curados.

Los efectos narcóticos y psicodélicos se manifiestan a la media hora de haber tomado el brebaje y duran cerca de cinco horas, estudios realizados han dado a conocer que lo que desencadena en el organismo es un aumento en el nivel de serotonina y de allí se entiende que entre los pueblos primitivos se administrara a los enfermos para evitar la depresión.

Su principio activo (la tetrahidroharmina) está más concentrado en la corteza, la cual es lisa y de color marrón oscuro; posee largos tallos de más de medio centímetro de diámetro (medida muy variable), con amplia distancia entre sus nudos, que se entrelazan entre sí o bien a otras plantas; tiene grandes hojas pecioladas y de bordes enteros (miden entre ocho y veinte centímetros de largo, por unos cinco u ocho centímetros de ancho) de forma oval-lanceolada; se ubican de manera opuesta en las ramas. Sus pequeñas flores de color rosa se reúnen en inflorescencias de tipo umbela.

Se la cultiva en zonas de mucho calor, donde las temperaturas mínimas nunca descienden más allá de los quince grados centígrados. Las plántulas jóvenes necesitan abundante luz pero no de manera directa, y también suficiente humedad, de lo contrario no se desarrollarán; precisan de un soporte para trepar en altura; la tierra deberá mezclarse en partes iguales con arena y materia orgánica; ya crecidas podrán recibir luz solar directa y se harán más resistentes al frío también. Hay otra clase de Banisteriopsis, la “inebrians”, que se diferencia principalmente por la forma que tienen sus hojas.

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