La planta herbácea anual llamada comúnmente Borraja lleva el nombre científico de Borago officinalis, pertenece a la familia Boraginaceae y es originaria de Siria, pero se ha expandido primero por las costas del Mediterráneo y de allí al mundo entero. Mide de cincuenta centímetros a un metro y todas sus partes son pubescentes. Es de cultivo sencillo y prácticamente puede cosecharse a lo largo de todo el año. Prefiere ubicaciones con sol pleno pero tolera bien la sombra. Le gustan las temperaturas altas y la humedad ambiente de moderada a baja.

Posee largas hojas ovales, simples y pecioladas, de hasta quince centímetros de longitud, dispuestas de manera alterna sobre los tallos. Durante la primavera y el verano da hermosas flores con cálices persistentes formados por cinco sépalos lanceolados y corolas de cinco pétalos azules (cada uno con forma triangular y acuminada) en la variedad silvestre, mientras que en las cultivadas encontramos también rosadas y blancas; el androceo presenta cinco estambres de largos filamentos y anteras conniventes; el gineceo está conformado por un ovario, un estilo y un estigma capitado; se reúnen en inflorescencias de tipo cimas. Sus frutos oscuros y de superficie rugosa pueden ser oblongos u ovoidales, no miden más de un centímetro.

Se emplean en la cocina, principalmente, sus tallos y sus hojas. En crudo para ensaladas y en sopas procediendo a hervirlas; los tallos quedan muy bien si se los hace al vapor, salteados en la sartén con ajo o en revueltos con huevo; su ingesta aporta a nuestra dieta calcio y potasio. Dentro de la medicina no tradicional se le confieren propiedades diuréticas y tranquilizantes, ingerida como té; en uso externo se aplica como emplasto sobre la zona afectada para bajar inflamaciones; el aceite obtenido de sus semillas se utiliza como tonificante y emoliente; no se la puede emplear en tratamientos prolongados puesto que daña el hígado.