La Espirea, o Corona de novia roja, cuyo nombre científico es Spiraea japonica, es un arbusto caducifolio, de crecimiento medio a rápido, bajo porte (mide entre un metro y un metro y medio de alto) y excelente ramificación. Es originario de Asia y pertenece a la familia Rosaceae. Su corteza, de color marrón, es muy delgada.

Posee hojas de color verde oscuro, con forma lanceolada y bordes serrados que se ubican de manera alterna en las ramas, miden entre tres y nueve centímetros de largo; en otoño se tornan rojizas, o bien amarillas y caen. Durante la primavera da pequeñas flores con cinco pétalos en tonos que van del rosa al rojo intenso y que se agrupan en inflorescencias terminales de tipo corimbo, nacen en las ramas nuevas y son abundantes, así como sus largos estambres. Si se eliminan las flores que se van secando es factible que se produzca una segunda floración en el verano. Sus frutos indehiscentes permanecen mucho tiempo en la planta, se secan y toman un color amarronado

Se lo utiliza como ornamental en los jardines (para bordes o para cubrir espacios grandes), donde prefiere las ubicaciones a pleno sol, aunque consigue habituarse a la media sombra. Necesita suelos fértiles y con un buen drenado; el riego debe ser regular y se lo puede fertilizar una vez al mes con potasio, nitrógeno y fósforo en cantidades iguales. Prefiere los climas de templados a fríos y tolera bien las heladas.

Es necesaria una poda de forma y de renuevo al año (eliminar las ramas antiguas que se van lignificando). Puede multiplicárselo a través de semillas, esquejes de madera blanda y también por división de las matas. Suele atacarlo el Oidio si es que hay mucha humedad y escasa ventilación pero se lo elimina con un fungicida sistémico; otras plagas que lo afectan son las cochinillas y los pulgones, contra ellos nada mejor que el agua jabonosa que los mantendrá controlados.