La Cyathea dealbata

 

Cyathea

Recibe el nombre científico de  Cyathea dealbata  un helecho plateado (Silver Fern, en idioma inglés) que data de la época del Plioceno, pertenece a la familia Cyatheaceae (colectivamente todos los helechos encajan dentro de un grupo conocido como monilofitos) y es endémico de los bosques húmedos de Nueva Zelanda (isla en la que hay casi doscientas especies nativas de helechos, desde los afincados en las costas bajas hasta los que crecen en las montañas más altas). Son plantas verdes sin flores que se reproducen mediante pequeñas células llamadas esporas, las cuales representan el mismo papel de las semillas en las otras.

Se dividen en tres partes principales: El tallo, que puede ser reptante, trepador o erguido; las frondas, usualmente unidas al tallo, nacen con forma enrulada (como la que tienen los violines en su parte superior) y reciben el nombre de “koru”, luego se despliegan y muestran varias hojas divididas en múltiples segmentos dispuestos de manera alterna; y las esporas, estructuras reproductivas contenidas en los soros o esporangios, pequeños sacos de color marrón que aparecen en la parte inferior o en los bordes de las frondas maduras que son fértiles; cuando éstos se abren las esporas son liberadas. La germinación de las nuevas plantas se lleva a cabo en lugares húmedos y al nacer los nuevos ejemplares, llamados prótalos, tienen forma de corazón.

Alcanza alturas de hasta diez metros. La corona que forman sus frondas es muy densa; éstas suelen medir unos cuatro metros de largo y tienen una tonalidad verde-plata en el reverso. Crece bien en terrenos con una abundante capa de humus y drenaje adecuado; una vez afincada puede resistir leves sequías pero sí hay que protegerla de los vientos y de las heladas. Muchos helechos tienen reproducción vegetativa, produciendo pequeñas copias de sí mismos cuando alguna de sus partes entra en contacto con la tierra y echa raíces.

Los nativos maoríes lo emplean desde la antigüedad, algunas veces incluyéndolo en sus alimentos y otras como medicina; además el descomunal tamaño de las frondas y sus fuertes tallos les servían para confeccionar refugios y hasta viviendas permanentes.

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