La Flor de Jamaica o Rosa de Jamaica, cuyo nombre científico es Hibiscus sabdariffa es una planta anual (herbácea o arbustiva, dependiendo la variedad) que pertenece a la familia Malvaceae y tiene su origen en las regiones tropicales y subtropicales del continente africano. Mide entre uno y tres metros de alto. Se reproduce mediante semillas y su sistema radicular es poco profundo. Necesita exposición a pleno sol y por bastantes horas al día, el riego debe ser regular, de producirse anegamientos es probable que los nematodos acaben con las raíces pues son muy sensibles a ellos. No soporta las heladas.

Hay dos variedades cultivables, una con gruesos y duros tallos cilíndricos de los que se extrae una fibra que sustituye perfectamente al yute en la confección de tejidos de arpillera, es más alta y no comestible. La otra variedad sí puede ser ingerida, es de menor porte y tiene largas hojas trilobuladas de color verde que se disponen de manera alterna en los rojizos tallos; generalmente tienen los bordes apenas dentados de color rojo pero las hay todas verdes y con los márgenes un tanto festoneados, muchas veces las nervaduras se ven purpúreas.

Sus flores axilares, de forma acampanada, son blancas, amarillas o rosadas y auto fecundantes, están protegidas por un cáliz de intenso color rojo (debido a las antocianinas que contiene) compuesto por cinco sépalos unidos por sus bases y un epicáliz similar pero de sépalos libres más pequeños, en conjunto miden entre cinco y ocho centímetros, todos son pubescentes en la cara externa, los internos (de mayor tamaño) se reúnen adoptando una forma cónica; con ellos se prepara una bebida refrescante muy apreciada que recibe el nombre de “Agua de Jamaica” y hasta un vino totalmente natural pues no se emplean productos químicos en su fermentación; contienen también ácido cítrico, ácido tartárico y ácido málico; se los emplea, además, como colorante alimenticio y se los utiliza en la confección de mermeladas, jarabes y dulces.

El fruto es capsular, dividido en cinco compartimentos que guardan  cada uno de tres a cuatro semillas amarronadas; éstas tienen alto contenido proteico y se las suele consumir en sopas o hervidas como los porotos o las lentejas; su ingesta a porta a nuestra dieta Calcio, Niacina, Hierro y Rivoflavina. El té de Hibisco se consume habitualmente en varios países africanos, aromatizado según la región con jengibre o con menta. Dentro de la medicina no tradicional se le atribuyen propiedades diuréticas, anti parasitarias, laxantes y regulatorias de la presión.