La Jojoba

La jojoba

Recibe el nombre de Jojoba, o Simmondsia chinensis, un arbusto perennifolio dioico (a veces de porte recto y otras rastrero) de la familia Simmondsiaceae, originario de los desiertos de América del Norte; su altura varía entre los cincuenta centímetros y los tres metros de altura; tiene una gran raíz pivotante que puede penetrar hasta diez metros en la tierra y numerosas raíces laterales fibrosas que nacen de ella pero sólo hasta unos sesenta centímetros de profundidad. Produce cera líquida, de la cual se proveen numerosas industrias y es un recurso renovable, a diferencia de los esteres derivados del petróleo. El renombrado “aceite de Jojoba” se obtiene mediante el prensado de las semillas y no precisa refinamiento posterior pues apenas tiene impurezas, se lo utiliza principalmente en productos cosméticos.

Es una especie excelente en cuanto a la ecología se refiere, puesto que sirve para recuperar económicamente las zonas desérticas y palia considerablemente la caza de ballenas porque su aceite reemplaza al de aquellas. En las zonas templadas se obtiene sólo una cosecha por año, mientras que en las tropicales se dan dos al año y la demanda crece a pasos agigantados, llegando al punto de firmarse contratos a futuro por las producciones.

Sus hojas gruesas (de consistencia coriácea), pubescentes, de forma oblonga y color verde grisáceo o verde azulado, se ubican de manera opuesta en las ramillas. Las flores son unisexuadas (hay plantas macho y plantas hembra); no poseen pétalos; las que presentan pistilos son de color verde pálido, pequeñas y su ubicación es axilar; las que tienen estambres son aún más pequeñas y de color amarillo claro, se reúnen en racimos. La polinización la lleva a cabo el viento. El fruto es una cápsula dehiscente que contiene oscuras semillas dicotiledóneas, desarrollarse le lleva unos tres meses aproximadamente y otros tres la maduración completa. La germinación suele tardar de una a tres semanas, dependiendo del suelo y la temperatura.

Se da bien en zonas donde las precipitaciones anuales están entre los 100 y los 400 milímetros; se adapta a las fluctuaciones drásticas de temperatura entre el día y la noche pero no resiste las heladas fuertes; en cuanto a suelos no tiene mayores preferencias pero sí exige que drenen bien pues no soporta los anegamientos. Le agrada el sol pleno. Es de lento desarrollo pero tiene una larga vida que promedia los cien años. Se calcula por planta una producción de semillas de entre los dos kilos y medio y los seis kilos.

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