La Lenga

Se le da el nombre común de Lenga a un árbol monoico caducifolio, de porte medio (puede llegar a los treinta metros de alto, con un diámetro troncal de más de un metro), registrado ceintíficamente como Nothofagus pumilio. Forma parte de la familia Nothofagaceae y se lo emplea como especie ornamental en parques y jardines por el bello colorido que adquiere su follaje en el otoño, antes de caer.

Es originario de Chile, donde lo encontramos entre los quinientos y los dos mil metros de altitud, desde allí se ha extendido a toda la región denominada Patagonia y hasta se lo encuentra en la provincia argentina de Tierra del Fuego. En su hábitat natural está acostumbrado al frío y la nieve; a las lluvias frecuentes, con apenas cortos períodos de sequía y necesita de exposición plena al sol. Es un buen productor de madera, tanto para construcción como para la fabricación de muebles.

Su corteza es gris y posee grietas longitudinales. Las ramas jóvenes presentan siempre una fina pubescencia. Tiene hojas de color verde oscuro (que pasan por varios tonos entre amarillo y rojizo antes de su caída), pecioladas, con la nervadura central muy marcada y los bordes notoriamente crenados u ondulados; se distribuyen de manera alterna.

Las flores son pequeñas y unisexuales; tanto las femeninas como las masculinas nacen en solitario, las primeras no cuentan con pedicelo mientras que las segundas sí, aunque éste no mide más de medio centímetro de largo. El fruto es una nuez protegida por dos valvas; a las semillas les cuesta bastante germinar, sólo un 30% de ellas lo logran, debido a esto es que se está controlando su tala desmedida y promoviendo la plantación de nuevos bosques, aunque aún no se la considera especie en peligro. Otro factor de riesgo es el Misodendrum, un género de plantas que parasitan la Lenga, provocando que ésta no se desarrolle completamente.

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