Recibe el nombre popular de Lila y el científico de Syringa vulgaris una planta de porte arbustivo que forma parte de la familia Oleaceae. Es originaria de la Peninsula Balcánica, donde crece en las colinas rocosas. Hoy en día se la encuentra distribuida por todo el mundo, empleándosela principalmente como especie ornamental por la profusión y belleza de sus flores. Suele rondar los cinco metros de alto.

Posee un tronco principal de alrededor de veinte centímetros de diámetro pero puede producir otros secundarios o bien ramificar abundantemente. Su corteza es gris o gris-amarronada, con surcos longitudinales; en las ramas nuevas, en cambio, se la ve verde y lisa. Las hojas son verdes, simples, pecioladas, ovales, con el ápice mucronado, las nervaduras muy marcadas y los márgenes enteros, miden entre cuatro y ocho centímetros de largo; se distribuyen generalmente en pares opuestos aunque las hay también de a tres en espiral. En el otoño amarillean antes de caer.

Las flores muy perfumadas, que aparecen en verano, tienen un cáliz formado por cuatro sépalos verdes unidos por sus bases; y cuatro pétalos blancos, lilas o violetas con la característica de formar un largo tubo basal (dentro del cual están los dos estambres y el gineceo) para separarse luego y armar la corola. Nacen agrupadas en apretadas inflorescencias terminales de tipo panícula alargada de hasta veinte centímetros de longitud. Los frutos son cápsulas lisas, dehiscentes y de color marrón al madurar, que contienen unas cuatro pequeñas semillas, planas y aladas, en su interior.

Prefiere ubicaciones con sol pleno o parcial. Tolera distintos tipos de suelos siempre que no sean demasiado ácidos o que tengan mal drenaje. Muchas son las variedades conseguidas bajo cultivo y mediante cruzamiento, habiendo en la actualidad de diferentes colores y hasta con flores dobles.