La Pilea

La Pilea

La Pilea, cuyo nombre científico es Pilea repens, forma parte de la familia Urticaceae y es originaria de los trópicos de Asia y América. Es de porte muy bajo y compacto, le gustan las ubicaciones con luz indirecta por lo que es ideal para tapizar las zonas vacías que quedan bajo los árboles en el jardín. Si se notan las ramas y las hojas pálidas es que están precisando más luz y se les buscará otro espacio más adecuado pero no es bueno exponerlas directamente al sol porque tiende a quemar el follaje.

Sus hojas de aspecto rugoso varían entre ovales y elípticas, presentando algunas la punta más acuminada y otras los bordes algo dentados; se ubican de manera alterna y a la vista parecen superpuestas dado que los entrenudos son muy cortos. El color varía mucho porque depende de la luz solar que reciban.

Se la debe regar abundantemente en los meses de calor (aunque nunca aplicado directamente sobre las hojas) y en otoño e invierno hay que disminuir la cantidad de agua y la periodicidad de los riegos. Si se encuentra en el interior de la vivienda y hay calefacción le debemos proporcionar humedad adicional, colocándola en un recipiente con piedras y agua para que absorba la que necesite. Acepta el uso de fertilizantes en su etapa de crecimiento.

Posee flores pequeñas y poco llamativas que pasan desapercibidas. Se la reproduce durante todo el año mediante esquejes que enraízan con rapidez en un ambiente cálido, ya sea colocándolos en agua o en el sustrato definitivo (manteniéndolo húmedo), pueden usarse hormonas enraizadoras también si se lo desea; en un tiesto o maceta queda mejor poner varios para que se forme una mata más compacta que dará una mejor vista al conjunto.

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