La Sesbania, o Acacia mansa, cuyo nombre científico es Sesbania punicea, es un arbusto que pertenece a la familia Fabaceae (Leguminosae) y es originaria de Sudamérica. Es un arbusto que puede llegar a los tres metros de altura con una hermosa floración que lo convierte en ideal para ser utilizado en la ornamentación de parques y jardines. En su hábitat natural forma grandes matorrales cerca de corrientes de agua; bajo cultivo debemos mantenerla controlada puesto que es una especie invasiva debido a su sencillo sistema de autopropagación.

Sus hojas compuestas poseen de 12 a 20 folíolos de forma elíptica, acuminados y ligeramente pubescentes. Ya desde el primer año de vida da flores, estas son pediceladas, de un intenso color  naranja y se reúnen en racimos axilares; su época de floración es bastante prolongada. Los frutos son legumbres tardíamente dehiscentes (suelen permanecer todo el invierno en las ramas) y con cuatro costillas pronunciadas (cuando la mayoría de las leguminosas tienen sólo dos), que conservan los restos del cáliz persistente y miden entre seis y diez centímetros, son de color verde al principio y se tornan marrones con el paso del tiempo.

Las semillas (de una a ocho por vaina) son reniformes y de color rojizo cuando maduran; son muy tóxicas puesto que contienen un glucósido cianogenético; tardan apenas una semana en germinar, y si se las sumerge unas horas en agua antes de sembrarlas el proceso se acelera aún más; las plántulas tienen el tallo algo débil y conviene colocarles una guía o tutor para que se mantengan erguidas.

Admite podas intensas mediante las cuales puede dársele forma de árbol pequeño, ideal para utilizar en grandes macetones que decoren las entradas a la casa, la terraza o el jardín; no le agrada el interior de las viviendas. Le gusta la humedad ambiente elevada y ésta es benéfica para que el follaje luzca exuberante y la floración sea abundante. Necesita ibicaciones a pleno sol.