Recibe el nombre popular de Tabaiba roja, o Tabaiba majorera, una planta crasa de porte arbustivo que ronda los dos metros de alto por otro tanto de ancho, oriunda de la Isla de Tenerife, que forma parte de la familia Euphorbiaceae y está registrada científicamente como Euphorbia atropurpurea. Se la emplea como ornamental en los jardines pero como toda la planta exuda un látex irritante se la debe manipular con mucho cuidado.

Sus tallos y ramas, de color marrón-grisáceo, son suculentos; las ramas nuevas tienen un tono rojizo. Sus hojas verdes sésiles, de lanceoladas a espatuladas, o también elípticas, con el margen entero y que miden unos doce centímetros de largo por dos o tres en su parte más ancha, nacen agrupadas en rosetas terminales, del centro de las cuales surgen, desde finales del invierno hasta bien entrada la primavera, abigarradas inflorescencias pedunculadas de tipo umbela.

En lugares donde se encuentra a gusto, pues se dan las condiciones ideales, puede llegar a florecer todo el año. Las pequeñas flores, que son inconspícuas, con una disposición especial de sus partes (similar a una copa, conformada por una flor femenina en el centro rodeada de cinco masculinas con su correspondiente estambre) denominada “ciatio”, están protegidas por dos brácteas rojas o purpúreas de alrededor de un centímetro de diámetro (hay una variedad en la que son amarillas, Euphorbia lutea).

Los frutos son cápsulas globosas rojas, con un exterior muy duro, divididos en tres compartimentos con una semilla oscura cada uno. Podemos propagarla mediante ellas o por esquejes. No demanda mayores cuidados pero si requiere de ubicaciones con bastante sol y mucha humedad ambiente. Los suelos le agradan pedregosos, como en su hábitat natural, y con buen drenaje. Es típica de clima templado.