Las Conophytum

Las Conophytum

Recibe el nombre de Conophytum todo un género, de casi quinientas plantas suculentas, de bajo porte, perteneciente a la familia Aizoaceae, originarias del continente africano. En su hábitat natural las encontramos naciendo en las grietas que hay entre las rocas, donde se acumulan arena y arcilla que permiten su sujeción y crecimiento. La especie tipo se denomina Conophytum minutum.

Sus gruesas y carnosas hojas se reúnen de manera compacta, no distinguiéndose dónde comienza una y termina la otra, muchas veces fusionadas parcialmente de a pares. Al llegar el otoño emergen las flores de entre las hojas; tienen pétalos largos y delgados, pudiendo ser de diversos colores, desde blanco hasta rojo oscuro o violeta. Las hojas se secan en invierno pero brotan nuevas en la primavera, allí podemos recurrir a algún fertilizante a base de nitrógeno que favorecerá el crecimiento. Normalmente cada tallo emite sólo dos hojas, pero son varios tallos con sus respectivas láminas engrosadas los que vemos y así luce un follaje muy tupido.

Se reproduce mediante semillas y esquejes de hojas frescas que a las dos semanas, aproximadamente, ya tendrán un sistema radicular propio. Precisan ubicaciones luminosas pero no deben estar a pleno sol ni tampoco en lugares anegadizos. El riego debe ser regular en la época de floración pero escaso el resto del año. Conviene suministrar junto con el agua algún fungicida a base de cobre para prevenir problemas de descomposición. Cuando les falta riego las hojas lo manifiestan arrugándose, no debemos permitir que lleguen a ese extremo. En lo referente a las temperaturas que resisten, cuando están libres en la naturaleza pueden sobrevivir adaptándose a ambos extremos de frío y calor, pero en condiciones de cultivo no es así y hay que protegerlas en los dos casos, del excesivo calor y de las heladas.

Generalmente se emplean macetas de arcilla o terracota para tenerlas en el hogar, en lugar de las de plástico, dado que permiten la evaporación más rápida del agua de riego. Como sustrato puede prepararse una mezcla a partes iguales de compost y cuarcita en gránulos pequeños, al trasplantarlas por aumento de tamaño conviene limpiar con un pincel toda la tierra anterior de las raíces y utilizar nueva.

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