Plantas medicinales

Plantas Medicinales

Al igual que el resto de las plantas es mejor recogerlas temprano en la mañana, y evitar hacerlo en días de lluvia, niebla o de mucha humedad ambiente. Las hojas se recolectarán jóvenes, las flores frescas, los frutos maduros, las raíces bien desarrolladas y la corteza preferiblemente en primavera que es también cuando se desprende con facilidad. Si van a ser conservadas hay que proceder a su secado de inmediato en lugares secos y bien aireados.

De las plantas medicinales se obtienen: Aceites esenciales, que son en extremo volátiles, de olor intenso (las más de las veces agradable al olfato); están constituidos por varias sustancias, en algunos se combinan hasta cincuenta elementos; estos aceites son comúnmente antiinflamatorios, expectorantes, diuréticos y tonificantes.

Acido silícico, que es un elemento imprescindible en el organismo humano para reparación de los tejidos conjuntivos, la piel, las uñas y el pelo, mediante el uso de plantas medicinales que lo contengan se logra una notable mejoría en esos aspectos.

Alcaloides, que son sustancias activas peligrosas de ser ingeridas en cantidades desproporcionadas; todas las plantas los contienen en mayor o en menor medida; los más utilizados medicinalmente son la atropina y la morfina.

Glucósidos, son moléculas compuestas por un glúcido y un no glúcido, que se disgregan en presencia de agua; las plantas almacenan sustancias que le son útiles de esta forma, como glucósidos inactivos, al precisarlos los recuperan hidrolizándolos; hay diferentes glucósidos para distintas afecciones, algunos tiene efecto laxante como los del ruibarbo; otros, como la salicina (presente en los sauces), que se transforma en ácido salicílico al ser ingerida, sirve como analgésico, antipirético, anticoagulante y antiinflamatorio; los glucósidos de la Digitalis se usan en caso de afecciones cardíacas, es el caso también de la apterina que dilata las arterias coronarias favoreciendo la circulación.

Flavonoides, con principios activos como la hesperidina y la rutina, de un poderoso efecto antioxidante y preventivo, además, de trastornos circulatorios, de enfermedades cardíacas y con acción antiespasmódica sobre el aparato digestivo.

Sustancias amargas, éstas sirven para abrir el apetito y estimular la digestión, son eficaces como tónicos generales pues fortifican el sistema nervioso, algunas de las especies que las proveen son la genciana y la centaurea menor.

Taninos, de gran acción bactericida se usan como apósitos sobre las heridas, son buenos para hacer gárgaras durante las anginas, para desinflamar las encías y tienen efectos anti diarreicos;  los hallamos mayormente en la corteza del roble, en la consuelda mayor y en los arándanos.

Saponinas, sustancias usadas como mucolíticos para favorecer la expectoración, lo que es de gran ayuda para los bronquios afectados. Tanto los taninos como las saponinas ingeridos en cantidades elevadas perjudican al sistema digestivo.

Y por último Mucílagos, sustancias viscosas que son producidas por muchas plantas pero que sólo los malvaviscos, el lino y el liquen de Islandia contienen en cantidad suficiente como para ser aprovechada con fines terapéuticos, disminuyen inflamaciones y atenúan irritaciones (por ello es que son buenos sedativos en caso de tos); las semillas de lino actúan también como purgante ligero.

Es bueno siempre recordar que todas las plantas comestibles ingeridas frescas nos proporcionan vitaminas, azúcares y minerales, y que mediante su ingesta cotidiana el recurrir a la farmacopea no será tan necesario.

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