Rosa de Bayahibe

La Rosa de Bayahibe, cuyo nombre científico es Pereskia quisqueyana, pertenece a la familia Cactaceae y presenta como característica sobresaliente el tener hojas, siendo que son muy pocos los cactus que las poseen. Es originaria del este de la República Dominicana y más específicamente del pueblo de Bayahibe, del cual recibe su nombre. Se la declaró flor nacional y pasó a ser especie protegida porque su hábitat está amenazado. En la actualidad su cultivo se ha extendido por toda América, siendo utilizada como planta ornamental.

Tiene desarrollo arbustivo, pudiendo alcanzar los cinco metros de alto, mientras que otras especies de Pereskia apenas llegan a medir un metro y otras, arborescentes, pasan los diez metros con facilidad. Su tronco presenta grupos de espinas que nacen dentro de areolas. Sus hojas son grandes (de entre seis a doce centímetros de largo) y de color verde, tienen forma oval, vértice acuminado y aspecto coriáceo, se disponen en las ramas de manera alterna sostenidas por cortos pecíolos; dependiendo del clima donde se encuentre su follaje puede ser deciduo o perenne.

Las flores terminales son muy bonitas, con numerosos pétalos rosados de forma acorazonada, estambres amarillos y estilo blanquecino (otras variedades dan flores blancas, amarillas y hasta rojizas), a veces solitarias, otras veces en grupo, las primeras pasan de los seis centímetros de diámetro mientras que las otras rara vez llegan a los dos centímetros. Por ser una especie dioica hay ejemplares macho y ejemplares hembra, la polinización la llevan a cabo los insectos. Los frutos son esféricos y pasan del verde al amarillo intenso cuando maduran; en su interior hay numerosas semillas oscuras.

La reproducción puede efectuarse mediante semillas o por esquejes. Es de fácil cultivo y rápido crecimiento, tolera mejor la humedad que cualquier otro tipo de cactus pero también es resistente a la sequía y prefiere ubicaciones con sol pleno; muchas veces se las utiliza como pie de injerto para los Zygocactus. En algunas partes de América se consumen las hojas por el alto valor nutritivo que poseen; pero es conveniente no excederse puesto que los dos principios activos que contiene, si son ingeridos en altas cantidades, pueden resultar nocivos para la salud.

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