Recibe el nombre científico de “Schefflera arborícola” un arbusto perennifolio originario de Asia perteneciente a la familia Araliaceae. Se lo cultiva como ornamental en los jardines y también como planta de interior, dándose en este último caso mejor la variedad denominada “Golden capella”, llamada así por sus hojas matizadas de un verde mucho más claro, casi amarillo. Debe estar en un lugar fresco con buena humedad ambiente, con temperatura agradable (entre 12 y 24º centígrados) pero no expuesto a corrientes de aire, con mucha luminosidad pero no a sol directo (al menos en verano), tampoco le agradan demasiado la calefacción, el riego abundante (con suministrarle agua una vez a la semana será suficiente) ni las heladas.

Posee hojas palmeadas, compuestas por siete o nueve folíolos, que tienen aspecto coriáceo; agradecen que se las rocíe cada tanto y esta acción sirve también para lavarlas y quitarles la suciedad que les suele quedar adherida. Tener cuidado con la savia si al manipular la planta se produce un corte involuntario puesto que es irritante para la piel y mucosas.

Podemos reproducirlo mediante esquejes en la primavera, como son fáciles presas para los hongos es conveniente sumergirlos en un fungicida sistémico antes de plantarlos. Es bueno agregar fertilizante al líquido de riego, al menos una vez al mes. En el interior de los hogares hay que ir controlando regularmente, mediante podas, la altura que alcance; se debe cambiar a maceta de  mayor tamaño cada dos años, aproximadamente.

Si se ve que las hojas amarillean y caen es debido a un exceso de agua, fijarse que no esté obstruido el drenaje ni la tierra compactada; el oscurecimiento del cuello ocurre por ese mismo motivo; si pierden brillo las hojas es que necesitan más luz y fertilizantes. A veces puede verse afectado por el hongo Fumagina que tizna las hojas y los tallos, éste sólo prospera sobre la secreción de los Pulgones, Cochinillas y Moscas blancas, así es que eliminando esos tres vectores se concluirá con la infección.