El Árbol de las Pagodas, cuyo nombre científico es Sophora japonica (según otro sistema de clasificación: Styphnolobium japonicum), es una planta caducifolia de origen asiático (no es originario de Japón, como su nombre pareciera indicarlo, sino de China, en aquél país fue introducido y prosperó mucho) de porte medio (entre quince y veinte metros) y lento crecimiento; pertenece a la familia Fabaceae o Leguminosae. Tiene una amplia copa con las ramas muy separadas, pero posee abundante follaje lo que permite que la sombra que brinda sea agradable. Vive entre cien y ciento cincuenta años.

Sus hojas imparipinnadas están compuestas por pequeños folíolos de forma ovalada y borde entero, miden entre quince y veinte centímetros y se ubican de manera alterna en las ramas. Las flores hermafroditas, suavemente perfumadas, que surgen en verano y duran casi dos meses, son asimétricas como las de las acacias, se reúnen en inflorescencias de tipo racimo de color entre blanco y crema. El fruto es una legumbre carnosa indehiscente de entre cinco y diez centímetros de largo total que se da a mediados de otoño y contiene entre una y seis semillas; la sophora se reproduce mediante ellas, que comúnmente se dejan en agua toda la noche antes de plantarlas.

No es exigente en cuanto a suelos pero los prefiere profundos, sueltos y aireados, que no junten humedad y mucho menos que se encharquen; tolera bien las épocas de sequía. Soporta las bajas temperaturas pero le gustan las exposiciones a sol pleno y precisa mucho espacio para crecer con comodidad. Algunas de sus variedades son: Sophora japonica pendula, Sophora japonica columnaris, Sophora japonica doteana y Sophora japonica regent.

Todas las partes de este árbol tienen propiedades laxantes. Lo afectan mucho los hongos, los producidos por humedad excesiva que provocan que se pudran las raíces y los que se establecen en los cortes abiertos tras las podas, otros provocan manchas en sus hojas; a veces lo atacan los pulgones y las cochinillas pero es resistente a ellos.