El Caimitillo, denominado científicamente Chrysophyllum oliviforme, a un árbol perennifolio de bajo porte que rara vez sobrepasa los diez metros de alto con unos treinta centímetros de diámetro troncal, miembro de la familia Sapotaceae y originario de la zona este de las Américas del norte y central.
Su corteza, de color marrón-grisáceo, es muy delgada y presenta placas y fisuras en la superficie. Las ramas tienden a inclinarse hacia el suelo al ir creciendo. El follaje es muy distintivo ya que la cara superior de sus hojas es de un tono verde oscuro mientras que la parte posterior es amarronada o cobriza, por ello es que se lo emplea como especie ornamental en parques y jardines.
Son hojas simples, ovales, de márgenes enteros, aspecto coriáceo y un largo que varía entre los tres y los diez centímetros por entre dos y cinco de ancho en su parte media; se disponen de manera alterna. Da pequeñas flores fasciculadas de nacimiento axilar, con cinco pétalos, amarillas o color crema; la polinización es efectuada por los insectos que las visitan.
Los frutos son comestibles y de aspecto similar al de las aceitunas, de donde proviene su epíteto científico; incluso son verdes al comienzo y viran al morado al madurar; las semillas son dispersadas por las aves que se alimentan de la fruta. Dependiendo de las condiciones climáticas puede vérselo con flores y frutos a lo largo de todo el año (es una especie de clima tropical cálido y el frío le afecta mucho).
En cuanto a la composición de los suelos no es exigente, pero sí deben tener muy buen drenaje; no tolera la salinidad ni las sequías prolongadas. Su madera, a pesar de ser muy dura para trabajar, se emplea en la construcción por ser fuerte y resistente.