La Justicia brandegeeana, comúnmente conocida como “Camarón”, es un arbusto perennifolio muy utilizado como planta ornamental en los jardines, que gracias a ella se llenan de mariposas y colibríes (estos últimos son quienes efectúan la polinización), dado que se mantiene en floración casi todo el año; es originaria de América Central y pertenece a la familia Acanthaceae. En buenas condiciones vive de diez a veinte años.
Es raro que sobrepase el metro de alto y su ancho es de alrededor de cuarenta centímetros. Posee tallos y ramas largos y delgados, ligeramente pubescentes. Sus hojas, también cubiertas por una suave vellosidad, son de color verde oscuro, tienen forma ovalada, las nervaduras muy marcadas, punta acuminada y miden entre tres y siete centímetros. Sus pequeñas y alargadas flores blancas están cubiertas por brácteas rojas, ovales, dispuestas imbricadamente, las cuales le dan su apariencia de camarón; se agrupan en inflorescencias de tipo racimo que pueden ser tanto terminales como axilares, sostenidas por cortos pedúnculos; el conjunto suele llegar a los diez centímetros de largo. Los frutos capsulares apenas superan el centímetro de longitud y están cubiertos con minúsculos pelos, finos y escasos.
Se la propaga mediante esquejes; precisa suelos bien drenados (con agregado de arena), ubicaciones con media sombra (porque con sol pleno las flores tienden a parecer algo marchitas); no precisa mucho mantenimiento y es bastante resistente a la sequía, pero no así a las bajas temperaturas. Obtenidas mediante cultivo hay variedades con diferentes tonalidades de flor; amarillas, rosadas y hasta rojas muy oscuras.
Dentro de la medicina no tradicional se le confieren efectos benéficos en casos de diabetes, enfermedades virales y tumores. En cuanto a su propia salud puede verse afectada por los ácaros y las moscas blancas, eso en la parte aérea mientras que hay que proteger sus raíces de los nematodos y los hongos.