El Ciruelo silvestre, que recibe el nombre científico de Prunus sargentii, es un árbol espinoso caducifolio de rápido crecimiento, originario de Asia, que forma parte de la familia Rosaceae. Mide de cinco a diez metros de alto y su simétrica y densa copa es otro tanto de amplia. Se lo emplea como ornamental en parques y jardines por la bella coloración de su follaje.
Suele tener varios troncos recubiertos por una atractiva corteza lenticelada de brillante color canela. Las ramillas nuevas tienen un tono rojo-amarronado. Sus hojas verdes simples son ovales y poseen el característico borde aserrado de las rosáceas, rondan los diez centímetros de longitud y se disponen de manera alternada; en el otoño, antes de caer, adquieren un brillante tono entre anaranjado y rojizo. En la primavera se cubre de hermosas flores rosadas, solitarias, sostenidas por gráciles pedicelos. En verano las mismas se transforman en oscuros frutos redondeados de no más de un centímetro de diámetro que sirven de alimento a las aves.
Se lo propaga mediante semillas, esquejes o injertos. Precisa ubicaciones a pleno sol y suelos con buen drenaje, de ácidos a ligeramente alcalinos; es bastante resistente a la sequía y a los fuertes vientos, no así a la salinidad del aire. Las podas se le aplican para obtener ejemplares más fuertes y resistentes y mejorar su aspecto general. No presenta mayores problemas ni con plagas ni con enfermedades por lo que no demanda mucho mantenimiento. Una variedad obtenida bajo cultivo, denominada “Columnaris”, posee la misma altura pero es de porte más estilizado.