El Ginkgo es un árbol caducifolio, de elegante porte, que responde al nombre científico de Ginkgo Biloba y es el único miembro vivo de la familia Ginkgoaceae. Su follaje de forma original lo ha convertido en una de las especies más buscadas para ornamentar jardines y parques públicos. Es uno de los árboles con mayor antigüedad sobre la superficie del planeta, que pasó por diferentes eras geológicas, quedando numerosos restos fosilizados del mismo para comprobarlo en la actualidad.
Suele llegar a medir alrededor de treinta metros de altura. En la juventud su copa se presenta abierta y con ramas alargadas, tornándose cónica y densa al alcanzar la madurez. Sus hojas en forma de abanico y con finas nervaduras que se destacan en ambas caras, poseen una hendedura profunda que separa en dos el limbo; su color verde metálico cambia a amarillo al llegar la época otoñal, pero permanecen así en la planta sólo por unos pocos días, luego caen todas al mismo tiempo.
Es dioico, hay ejemplares que dan sólo flores masculinas y ejemplares que las dan sólo femeninas. Los frutos amarillos que producen éstas últimas (confundidos a veces con drupas, aunque en realidad son las semillas) destilan un aroma desagradable cuando maduran, ese es un detalle a tener en cuenta si se planea plantarlo cerca de una vivienda, por ejemplo y se debe recordar también que precisan mucho espacio.
En cuanto a luminosidad acepta todo tipo de ubicaciones, desde pleno sol hasta sombra intensa; lo mismo ocurre con los suelos, mientras que tengan un buen drenaje. Al ser de lento crecimiento habrá que mantenerlo vigilado en cuanto al riego, en zonas de clima cálido y ventoso donde el agua se evapora casi de inmediato, porque aunque no tolera los encharcamientos sí necesita la humedad adecuada. Tolera bien la polución ambiental, será por ello que ha sobrevivido tanto. Es apto para la realización de bonsáis.
Se le atribuyen varias propiedades terapéuticas, como la de evitar la formación de trombos en la sangre, facilitando la circulación y además neutraliza los radicales libres que están presentes en el proceso de envejecimiento.