La planta perenne, de consistencia herbácea y bajo porte, denominada comúnmente Incienso colgante responde al nombre científico de Plectranthus coleoides marginatus, forma parte de la familia Lamiaceae y es originaria de India. Se la emplea como ornamental dado que sus tallos rectangulares rondan el medio metro de largo y lucen muy bien en tiestos o macetas, ya sea en el interior o el exterior de la casa. Puesta en la tierra, en el jardín, sirve para tapizar amplios espacios.
Resiste bien enfermedades y plagas y es de fácil cultivo, no demandando mayores cuidados. Sus hojas verdes, de ovales a orbiculares, opuestas, aromáticas y de aspecto rugoso, se caracterizan por su margen festoneado blanco o crema. Necesita ubicaciones muy luminosas para que su follaje luzca en todo su esplendor pero tal vez no luz solar directa si ésta es muy fuerte, una media sombra es lo adecuado. Durante el verano aparecen sus diminutas e inconspícuas flores blancas reunidas en inflorescencias de tipo espiga erecta.
Le agradan las temperaturas moderadas, tanto en verano como en invierno. El riego debe ser regular y puede espaciárselo en los meses fríos, el exceso de agua pudre las raíces. Acepta ser trasplantada y conviene hacerlo cada dos años por el tamaño que va adquiriendo. Se la reproduce mediante esquejes todo el año, colocándolos en un sustrato ligero enraízan rápidamente, también lo hacen en un recipiente con agua. Las podas que se le brinden serán de embellecimiento, para eliminar ramas rotas, hojas secas o nivelar el largo de los tallos que penden. Se afirma que su perfume ahuyenta a polillas y mosquitos.