Se conoce popularmente como Magüey, o Ágave Noa, y científicamente como Agave victoriae-reginae a una pequeña planta suculenta perennifolia, originaria del norte de México (donde la encontramos en crestas y cerros aislados, creciendo sobre sustratos calizos), que forma parte de la familia Agavaceae.
Mide alrededor de treinta centímetros de alto y se la emplea como ornamental, ideal para jardines rocosos. Es de lento crecimiento y se adapta al cultivo en macetas (preferentemente con un sustrato de humus, arena y gravilla en partes iguales). Prefiere ubicaciones a pleno sol (aunque tolera sombra parcial) y suelos con muy buen drenaje. De estar en el interior de la vivienda deberá recibir mucha luz. Se conocen unas seis subespecies típicas de zonas desérticas.
Presenta rosetas globosas formadas por entre cien y doscientas hojas verdes, lanceoladas y facetadas, recurvadas hacia el centro, que miden de diez a veinte centímetros de longitud por cuatro a cinco de ancho, tienen márgenes enteros y distintivamente blancos, amarillentos o de color crema. En el ápice pueden aparecer, o no, de una a tres espinas. Solo necesita un riego semanal moderado y más escaso aún durante el invierno. Puede tolerar heladas leves pero sólo en climas secos.
Es bastante resistente a plagas y enfermedades comunes. Cuando llega a los cinco años, entre la primavera y el verano, su abigarrada inflorescencia ramificada, o quiote, surge en lo alto de una vara central que suele alcanzar un metro de largo. Sus flores blanco amarillentas muestran tubos cortos en forma de embudo; tras dar frutos y semillas la planta muere.