El Muérdago del roble

El Muérdago del roble, conocido por el nombre científico de Phoradendron villosum, es una planta que parasita los bosques que se extienden por el sudoeste de América del Norte, desde el nivel del mar hasta una altitud que no supera los dos mil metros; principalmente se  hospeda en los robles, manzanitas y laureles; es miembro de la familia Santalaceae.

De su pie leñoso parten múltiples ramificaciones, de color verde amarillento o verde-grisáceo, que alcanzan hasta un metro de longitud, cubiertas por una fina vellosidad cuando jóvenes que se pierde con el paso del tiempo; poseen nudos cada cuatro centímetros aproximadamente. Las hojas verdes pubescentes (que nacen en dichos nudos), simples y de borde entero, con forma de oval a elíptica, a veces pecioladas y otras no, se distribuyen de manera opuesta, miden unos cinco centímetros de largo por entre dos y dos y medio de ancho.

Esta especie (hemiparásita en raíces o ramas) vive en los árboles de los que extrae el agua y los minerales que precisa pero puede por sí misma realizar fotosíntesis y almacenar clorofila. Florece durante el verano y es dioica, por lo que encontramos individuos de distinto sexo con inflorescencias diferenciadas (las masculinas formadas por entre 25 y 30 individuos y las femeninas por entre diez y quince), pero en ambas las pequeñas flores se agrupan en apretados racimos alargados.

Los frutos son bayas esféricas, blancas o de color rosa pálido, que no sobrepasan al medio centímetro de circunferencia. Toda la planta puede producir dermatitis por contacto prolongado, por lo que conviene utilizar guantes si se la manipula.

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