El Potus, cuyo nombre científico es Epipremnum aureum, es una liana trepadora perennifolia que puede alcanzar una longitud de veinte metros; es originaria del sudeste de Asia y pertenece a la familia Araceae. Emite raíces aéreas con la cuales se sujeta a los árboles por los que asciende, pero admite también otros soportes. Se la emplea como planta de interior por la belleza de su follaje. Es muy resistente y no demanda mayores cuidados, salvo un repicado de hojas cada tanto.
Posee hojas grandes, acorazonadas y acuminadas, de aspecto coriáceo, que se ubican de manera alterna en los tallos. Sus minúsculas flores verdes o blancuzcas, que aparecen en el verano, se reúnen en una inflorescencia de tipo espádice, larga y delgada, protegida por una hoja modificada. Debe ubicársela en sitios luminosos pero no con luz solar directa porque se verían afectadas las hojas. Sólo se la debe regar cuando se nota seco el sustrato (el cual debe tener muy buen drenaje), aunque esto parece un contrasentido cuando en los jardines hidropónicos prospera de maravilla.
Si los tallos entran en contacto con la tierra tienden a enraizar casi de inmediato y así se consiguen nuevos ejemplares, también se reproduce mediante esquejes de hojas. Su ingestión puede resultar muy tóxica para las mascotas del hogar, por lo que se la debe mantener alejada de ellos, cultivándolas en macetas o tiestos colgantes por ejemplo.
Mediante su cultivo se han conseguido ejemplares con hojas variegadas, verdes y crema, verdes y amarillas o simplemente en dos tonos distintos de verde, a veces la diferencia está en los bordes y otras en el limbo mismo que se ve moteado con el color alternativo. En muchos lugares, lejos de su hábitat natural, se ha convertido en especie invasiva por lo que conviene tenerla controlada en cuanto a su crecimiento y dispersión.